Quedan pocas horas en la vertiente oriental del Río de la Plata. Uruguay, así le dicen a este país con alma de poblado. Un pequeño capricho inglés para que los grandes no se agarren a golpes. Una aldea perteneciente a un continente con tantos metros por personas que aquí el ahogo es un capricho no comprendido.
Uruguay. Cinco días y en uno solo llegar al atlántico. En verdad no quiero hablar del viaje, sino de algunos apuntes tras días de calle -tan así que rompí las sandalias-.
– No olvidar el placer de escribir. Teatro, novela, poesía, lo que sea. Voh, escribe mierda.
– Si nadie te monta por que no es un manual, hazlo tú.
– País chico tiene la impronta para hablar de lo grande.
– ¿A quién le importamos? A nadie, así que podemos hacer lo que queramos.
– ¿Para qué hacer teatro? para incomodar.
– El teatro debe confrontar al teatro.
– Si no lo hacemos por gusto, mejor no hacerlo.
– Si quiero vivir de lo que hago, tengo que darle impronta y la importancia que se merece.
– Si tú no estás en la obra que escribes, no hablas. Punto.
– Un grupo que encontró la entretención en la escritura.
– Verbos útiles: dudar, conjeturar, verificar y modificar.
– Acciones recomendables: eliminar algún paisaje, refutarlo, ocultarlo, o desplazarlo a otra parte.
(octubre 2014)